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sábado, 15 de octubre de 2011

Perfectamente Imperfecto.

Nosotros, seres humanos soñadores y valientes nos atrevemos a imaginar un mundo donde las cosas se hagan a nuestra manera.
Pero, ¿realmente alguna vez nuestro cuento ha salido exactamente como lo habíamos escrito? No, señores. Nunca salen las cosas como las esperamos, ni nos damos cuenta de que puede que no salgan a nuestra manera. Siempre aspiraremos a una noche perfecta, una mirada radiante y un beso en un lugar mágico.
Y, ¿sabéis qué? Me he dado cuenta de que tenemos que aceptar los momentos que vengan con una sonrisa en la cara. Porque hasta la noche más soñada puede ser diferentemente arrebatadora.


Porque hasta la imperfeccion puede ser perfecta.

domingo, 9 de octubre de 2011

Dulce rutina

Cogió el viejo autobús rojo que le llevaría al colegio. A pesar de que sólo llevaba allí tres años y habiendo estado viviendo tanto tiempo en la gran capital, Madrid, vivir en aquel pueblo alejado del mundo no era tan malo como parecía. Se sentó en el final del vehículo, como siempre. Con la mirada perdida en aquellas montañas cubiertas de pinos y en ese cielo nublado que se había puesto aquel día esperó pacientemente a que llegara a su destino. Con  el mp3 a todo volumen escuchaba la cancion ''A thousand miles'', de Vanessa Carlton. Esa melodía había acompañado muchos viajes en autobús, muchas fiestas y muchas tardes aburridas en su vida. Probablemente su canción preferida, ¿qué más daba? Sólo quería olvidarse del mundo y de que era lunes por la mañana. Otra semana por delante.
Y lo peor de todo era lo que le esperaba, ese miedo que muchos tenemos una vez en la vida, propio hasta de los más grandes, como Albert Einstein. Ese miedo cuyo nombre era ''Bachillerato''.
Llevaba ya 2 semanas de curso  y aún le daba miedo lo que viniera al día siguiente. Aún así sabía perfectamente que eso formaría parte de su rutina de este año.
Era la típica chica que adoraba hacer lo mismo cada día, estar constantemente capturada por la rutina. La consideraba tan acojedora como una casa en invierno...pero, ¿realmente esta vez iba a ser tan dulce como siempre? No estaba tan segura.
Comenzó a llover. Perfecto. Era lo necesario para que el nuevo día de Sandra empezara a deprimirla por completo.