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lunes, 12 de diciembre de 2011

Punto y final de aquella historia.

Tonta.
Era la única palabra que podía describirme, el único adjetivo que podía cubrir todo aquello que había sido: ilusa, patética, inocente, excesivamente generosa...
Lo había dado absolutamente todo por alguien que en realidad no merecía la pena. Sí, en efecto, me había convertido en una de aquellas chicas enamoradizas de las que me burlaba de pequeña. Ilusas las llamaba.
Yo tuve la poca vergüenza de enamorarme de él, de tratar de conquistarle, de dejar que pasaran los meses, de maldecir su ausencia, de suspirar por cada sonrisa suya, de tenerle como único tema de conversación...y lo peor, traté de olvidarle.
Pero, ¿cuánto me duró eso? Apenas dos meses de un intenso verano que nunca olvidaré. No pensaba en él ni un solo instante, ya no visitaba su perfil para ver sus fotos, y si me encontraba con alguna, ya no me daba un vuelco al corazón. Le había olvidado.
Aunque tras el verano siempre llega el jodido invierno, aquella etapa en la que tienes que volver a conectar con la realidad. Posiblemente la primera actitud hacia él era de rechazo. Pero del amor al odio hay un paso, señores.
Y  otra vez, ilusa de mi, caí en su trampa. Le volví a tener como droga diaria, aquel deseoso manjar de recordar los momentos vividos viviendo otros aún mejores. Y así fue como aquella niña que odiaba ser manipulada y depender de alguien se volvió a enamorar del principito que tanto daño le había hecho. Así fue como dejó de tener como lema en su vida: Pasado pisado. Porque en realidad, nunca había dejado de quererle.
Sin embargo, esta ilusa chica no sabía que él sí había pasado página.
Que las caricias, los abrazos, las miradas, las conversaciones, los besos, y los problemas se habían ido con el tiempo. Ese chico decidió olvidarlo todo para no hacerse más daño. ¿Fue inteligente? ¿O simplemente un capullo?  Yo concretamente pienso que ambas cuestiones son ciertas. Yo debí haber pasado página, no haber perdonado sus errores, no haberle seguido queriendo, haber valorado a otros que me habían ofrecido mucho más que él. Sin embargo, le perdoné, y reconocí quererle, seguí poniendo todas mis ilusiones y esperanzas en que esto saliera adelante.
Y con esto he aprendido algo que guiará mi vida a partir de ahora, aunque vuelva a enamorarme y a sufrir: El que te hace daño no te merece.
Así que esta tonta, esta ilusa, esta inocente chica cada vez tiene más claro que se acabó el darlo todo y no recibir nada, que se acabó el querer lo máximo y que no haya una correspondencia. Se acabó.
No pertenezco a nada ni a nadie.

Y a ti, quiero decirte lo siguiente:
Ojalá todo hubiera salido bien, ojalá todo hubiese ocurrido en otras circunstancias, ojalá todo hubiese sido diferente. Pero la vida no sigue a partir de <<ojalás>>. Así que me limitaré a tenerte como un mero recuerdo, pero esta vez, tendré claro que pasar página ahora será mi prioridad.
Espero que  seas muy feliz. Ah! Y que te den por el culo.

                

sábado, 10 de diciembre de 2011

Llegó la hora.

Como cuando el reloj marca las doce y Cenicienta corre cuando se acaba el hechizo, como cuando Peter Pan tuvo que rescatar a Whendy sintiendo que nunca le había traicionado, como cuando el príncipe venció al dragón para despertar a Aurora, como cuando Hércules bajó al inframundo para rescatar a Megara, como aquel momento en el que Aladdin, sin necesidad de ser un príncipe ni de la ayuda de un genio, venció a un hechicero, como aquella sirena conquistó con la mirada al marinero, como una india llamada Pocahontas logró mostrar su mundo a un capitán en busca de la destrucción de su raza.
Como cada uno de aquellos personajes se arriesgó, como cada una de las personas se arriesgan cada día, yo decidí hacerlo.
Y es que puede pasar un mes, dos, un año; y al final, toda una vida.
Y a mí no se me va a pasar toda una vida desaprovechando oportunidades.
Si sale bien, saldrá bien; y si sale mal...Si sale mal estoy segura de que habrá merecido la pena.

viernes, 2 de diciembre de 2011

Cruda realidad

Quién me iba a decir que aquel niño que conocí a los tres años castigado en el patio llegaría a ser aquel por el que ahora me cuesta hasta respirar cuando le veo. Quién iba a pensar que hace poco eras tú mi mundo. Aunque ahora no seas tan imprescindible como antes, eres necesario. Muy necesario.
Que entre miradas, suspiros y risas se desarrollan nuestros días. Que aquella sonrisa imborrable cada vez que te miro hace que cobre sentido el resto del día. Que te quiero joder, que me cuesta reconocerlo. Que aunque me escuse por el daño causado a mi pobre corazón, el hecho de quererte sigue teniendo significado, aunque varíe la intensidad.
Así que, pase lo que pase, me arriesgue o no,te daré un consejo:
Nunca, nunca dejes de mostrar esa sonrisa inocente que te hace tan especial.

                         

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Nadie será mi dueño.

A veces necesitamos tanto a alguien que acabamos perdiendo la cabeza por complacerle, por que se fije en nosotros, por su sonrisa en la que nos perderíamos una y mil veces.Y ¿sabéis qué? Que yo ya me harté de perder el culo por aquel que me tiene como opción. Ya me cansé de seguir sus pasos, de fingir estar bien para que él no se sienta incómodo. Llegó un cambio en mi vida.
No es que todo me sonría, pero yo sí que sonrío al mundo y lo convierto en único, independiente, y, sobre todo, apetecible.
Porque hay un momento en nuestra vida en el que decidimos que las cosas se van a hacer a nuestra manera.
Porque los pasos en falso no importan si volvemos a empezar. Porque nadie es tan importante como para olvidar quién eres de verdad.

sábado, 15 de octubre de 2011

Perfectamente Imperfecto.

Nosotros, seres humanos soñadores y valientes nos atrevemos a imaginar un mundo donde las cosas se hagan a nuestra manera.
Pero, ¿realmente alguna vez nuestro cuento ha salido exactamente como lo habíamos escrito? No, señores. Nunca salen las cosas como las esperamos, ni nos damos cuenta de que puede que no salgan a nuestra manera. Siempre aspiraremos a una noche perfecta, una mirada radiante y un beso en un lugar mágico.
Y, ¿sabéis qué? Me he dado cuenta de que tenemos que aceptar los momentos que vengan con una sonrisa en la cara. Porque hasta la noche más soñada puede ser diferentemente arrebatadora.


Porque hasta la imperfeccion puede ser perfecta.

domingo, 9 de octubre de 2011

Dulce rutina

Cogió el viejo autobús rojo que le llevaría al colegio. A pesar de que sólo llevaba allí tres años y habiendo estado viviendo tanto tiempo en la gran capital, Madrid, vivir en aquel pueblo alejado del mundo no era tan malo como parecía. Se sentó en el final del vehículo, como siempre. Con la mirada perdida en aquellas montañas cubiertas de pinos y en ese cielo nublado que se había puesto aquel día esperó pacientemente a que llegara a su destino. Con  el mp3 a todo volumen escuchaba la cancion ''A thousand miles'', de Vanessa Carlton. Esa melodía había acompañado muchos viajes en autobús, muchas fiestas y muchas tardes aburridas en su vida. Probablemente su canción preferida, ¿qué más daba? Sólo quería olvidarse del mundo y de que era lunes por la mañana. Otra semana por delante.
Y lo peor de todo era lo que le esperaba, ese miedo que muchos tenemos una vez en la vida, propio hasta de los más grandes, como Albert Einstein. Ese miedo cuyo nombre era ''Bachillerato''.
Llevaba ya 2 semanas de curso  y aún le daba miedo lo que viniera al día siguiente. Aún así sabía perfectamente que eso formaría parte de su rutina de este año.
Era la típica chica que adoraba hacer lo mismo cada día, estar constantemente capturada por la rutina. La consideraba tan acojedora como una casa en invierno...pero, ¿realmente esta vez iba a ser tan dulce como siempre? No estaba tan segura.
Comenzó a llover. Perfecto. Era lo necesario para que el nuevo día de Sandra empezara a deprimirla por completo.

lunes, 12 de septiembre de 2011

Bigote de café.

Sandra fue directa a ducharse. Se hizo un moño con su goma de color morado y dejó algunos mechones sueltos dando un aspecto descuidado pero a la vez elegante, provisional. Se metió en la bañera y cerró los ojos mientras que sentía cómo cada una de las gotas rodaban sobre su cuerpo. El agua estaba más bien caliente, como a ella le gustaba. Allí se sentía relajada, y olvidaba al resto del mundo. Sonrió al acordarse de la cena de anoche. Todas sus amigas cenaron en casa de Diana, su mejor amiga, una barbacoa que parecía no terminar nunca, pero que, a la vez pasaba muy rápido. Sus ojos habían estado centrados toda la noche en Raúl, el hermano de Diana. Un chico de tres años mayor que ella, de profundos ojos oscuros y de una sonrisa arrebatadora que, junto a su pelo rizado y su forma de andar hacían de él un joven irresistible. Él, obviamente no había hecho caso a las miradas que Sandra y sus amigas habían depositado en el durante toda la noche; pero sí a las risas de todas ellas cuando se puso a hablar con ellas con un bigote hecho por el café que se acababa de tomar. Se puso rojo y volvió a su cuarto, avergonzado.
Ella de empezó a fijar en él hacía un mes y, por supuesto, no le había comentado nada a su amiga; a pesar de que Raúl había comenzado a ser una obsesión para Sandra.

El extraño sueño.

Caminaba por aquellos viejos barrios de la ciudad tan cercana a aquellas inmensas playas. Había un fuerte olor a humedad debido a la reciente tormenta. El cielo estaba despejado, lleno de estrellas. En la soledad de la calle, ella miraba con curiosidad los balcones antiguos y las piedras mohosas sobre las que caminaba. Llevaba un sencillo vestido de negro con algún que otro encaje. Creía oír un sonido que provenía de todos los rincones de aquel extraño lugar. Era una melodía que le resultaba familiar. Parecía provenir de una caja de música. Como hipnotizada, recordó la letra de aquella canción y con su dulce voz empezó a cantarla en voz baja, tratando de encontrar la fuente de aquel sonido. Así llegó a una casa, era bastante grande y de un color grisáceo y débil, que le daba un aspecto tenebroso. Los cristales de las ventanas estaban sucios y no se podía ver el interior. Las pocas plantas que rodeaban el edificio eran enredaderas que llegaban hasta el tejado, la mayoría secas ya. Entró titubeando del frío y se paseó por la vieja casa. El suelo de madera rechinaba al pisar y ella se estremecía por cada paso un poco más. Encontró la caja sobre una mesa en mitad de la sala principal. Era de madera y de color rosa palo, bastante desgastada, y en ella giraba una bailarina con una falda y unas zapatillas de ballet. Estaba perfectamente tallada en madera, y parecía de diseño artesanal. Se acercó a ella y la cerró. La última nota de aquella canción retumbó por toda la casa. Ella ladeó la cabeza y miró hacia atrás, aún vacilante. Alguien se acercaba a ella, podía sentir esa presencia en la casa por cada uno de los poros de su piel. Asustada dio dos pasos hacia atrás, chocándose con la silla. Oyó el rechinar del suelo y unos pasos. La sombra se iba acercando cada vez más. Ella asustada retrocedió aún más hasta que se topó contra la pared. Se agachó encogiéndose sobre sí misma esperando que fuera un sueño...

Sandra se despertó sobresaltada y sudando. Jadeó sujetándose el corazón como si fuera a salírsele del pecho. Trató de tranquilizarse. Sólo había sido una pesadilla. El problema es que ya había soñado dos noches en esa misma semana con aquello. Sólo podía pensar en la canción, que retumbaba en su cabeza con fuerza. Sin embargo, no sabía cuál era la letra; y tampoco por qué aparecía esa caja de música en su sueño.
Agitó su cabeza y se levantó de la cama. <<Sólo ha sido un sueño>> se dijo. Aunque en verdad, no estaba tan segura de sus palabras.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Escapadas a las nubes.

Todos necesitamos perder la cabeza, dormir una siesta de tres horas, mirarnos durante mucho tiempo al espejo o estar un rato apartado del mundo. Esto es tan humano como respirar. Evadirnos de la realidad, soñar despierto, llorar escuchando música sobre la cama, bucear en una piscina solitaria, contar hasta diez o mirar el amanecer de una tarde de invierno es tan necesario como vivir rodeado de gente, salir con tus amigos o ir a la gran vía en medio de una multitud.
Tenemos miedo a decirlo por qué dira la gente, como siempre.
Pero...¿no habrá que vivirlo todo?


martes, 6 de septiembre de 2011

Airbags continuos para el dolor

Volar, perder la cabeza dejándose llevar. Descubrir un mundo nuevo sin mirar atrás.
Quizá esa sea la forma de vivir sin problemas, sin dolor.
Pero, por suerte o por desgracia somos tan simples y a la vez tan complicados que no dejamos de recordar el pasado, ni de pensar en el futuro. Aunque caigamos mil veces, siempre es mayor el sentimiento de orgullo de volverse a levantar.
Así que por eso me impresiona tanto el ser humano, por ser capaz de amar hasta que duela y por no rendirse ante los continuos obstáculos que aparecen en el camino.

domingo, 14 de agosto de 2011

Las flechas de cupido son invisibles.

Cada estrella que se asomaba en el cielo parecía formar una nueva constelación que ambos podían descubrir juntos. Posiblemente juntando una de allí y otra de allá muchos verían simplemente un cuadrado. Pero ellos por el simple hecho de estar tirados en la hierba a 5 centímetros el uno del otro únicamente eran capaces de distinguir entre la inmensidad de la noche corazones y flechas, cada cual más grande. Y es que cuando estás cerca de la persona adecuada, hay una especie de Cupido que no tiene unas alas pegadas a la espalda ni cara de crío que se encarga de mandarte señales para que te des cuenta de que es él elegido. El único problema es que normalmente somos inmunes a la recepción de esas señales y vemos a príncipes azules donde sólo hay drogas que te hacen quererlas más y hacerte cada vez más daño.

sábado, 13 de agosto de 2011

Tatuajes en el corazón.

Hay experiencias inolvidables en nuestra vida. Momentos que hacen que todo cobre sentido. Personas que te ayudan a comprender por qué estás aquí.
Deberíamos dar gracias a Dios todos los días por todo lo que tenemos, por lo afortunados que somos mientras que otros lo pasan mal. Y sobre todo deberíamos valorar esas experiencias que cambian tu forma de ver las cosas, esas que hacen que seas lo que eres hoy. Esas vivencias que hacen que conozcas a las mejores personas del mundo; personas que darían su brazo para que tu pudieras seguir adelante, que llevarían todas tus cargas para que tú pudieras escalar una montaña, que llorarían contigo cuando tu sufrieras.
Y en realidad, de eso es de lo que vivimos, de experiencias que nos llenan por completo y nos enseñan a entender el significado de la vida; marcandonos para siempre, quedándose en nuestro corazón para siempre.




viernes, 12 de agosto de 2011

Bienvenidos

Hola, buenas noches!
Me acabo de crear este blog para poder expresar mis sentimientos, mis ideas y mis sueños con vosotros y poder ayudaros con mis entradas y que os sintáis identificados conmigo.
Este blog lo he llamado así porque me encanta ver a la gente sonreír. Posiblemente muchos de vosotros también tengáis esa sensación de comodidad y descanso al ver sonreír a un amigo o a algún conocido.
Porque en realidad esta vida está para ser felices, señores; y para ser felices, lo primero es mostrar nuestra mejor cara a la gente, osea sé, enseñar esa fila de dientes que forma una media luna y que hace tan irresistible a las personas que nos rodean. Porque una sonrisa vale más que mil palabras.
Bueno, pues así me presento a mí y a mi blog. Supongo que todo soñador necesita un lugar para contar sus sueños, ¿no?
Muchísimas gracias a todos y espero que os guste.
¡Ah! Y nunca dejéis de sonreír, siempre hay alguien que puede enamorarse de vuestra sonrisa :)