Cada estrella que se asomaba en el cielo parecía formar una nueva constelación que ambos podían descubrir juntos. Posiblemente juntando una de allí y otra de allá muchos verían simplemente un cuadrado. Pero ellos por el simple hecho de estar tirados en la hierba a 5 centímetros el uno del otro únicamente eran capaces de distinguir entre la inmensidad de la noche corazones y flechas, cada cual más grande. Y es que cuando estás cerca de la persona adecuada, hay una especie de Cupido que no tiene unas alas pegadas a la espalda ni cara de crío que se encarga de mandarte señales para que te des cuenta de que es él elegido. El único problema es que normalmente somos inmunes a la recepción de esas señales y vemos a príncipes azules donde sólo hay drogas que te hacen quererlas más y hacerte cada vez más daño.
Me encantaaa tuuu BLOG! :)
ResponderEliminarpasateee por el miooo http://kassandragil95.blogspot.com/
Pontee el gadget de seguidores, asi podre seguirteee :)
Un beso.
es la realidad... intentamos obligarnos a querer a personas que nos van a destruir por completo, nos va lo fuerte, un besito, y muchas gracias por pasarte por mi blog, me gusto mucho tu comentario :) http://love-dreams-laughs.blogspot.com/
ResponderEliminarMuchisimas gracias. Me alegro de que os haya gustado a ambas :)
ResponderEliminarKassandra, esta puesto a la derecha de la pantalla. Ahora mismo vere vuestros blogs.
Gracias de nuevo, soy nueva en esto y me hace mucha ilusión :)