Seguidores

lunes, 12 de septiembre de 2011

Bigote de café.

Sandra fue directa a ducharse. Se hizo un moño con su goma de color morado y dejó algunos mechones sueltos dando un aspecto descuidado pero a la vez elegante, provisional. Se metió en la bañera y cerró los ojos mientras que sentía cómo cada una de las gotas rodaban sobre su cuerpo. El agua estaba más bien caliente, como a ella le gustaba. Allí se sentía relajada, y olvidaba al resto del mundo. Sonrió al acordarse de la cena de anoche. Todas sus amigas cenaron en casa de Diana, su mejor amiga, una barbacoa que parecía no terminar nunca, pero que, a la vez pasaba muy rápido. Sus ojos habían estado centrados toda la noche en Raúl, el hermano de Diana. Un chico de tres años mayor que ella, de profundos ojos oscuros y de una sonrisa arrebatadora que, junto a su pelo rizado y su forma de andar hacían de él un joven irresistible. Él, obviamente no había hecho caso a las miradas que Sandra y sus amigas habían depositado en el durante toda la noche; pero sí a las risas de todas ellas cuando se puso a hablar con ellas con un bigote hecho por el café que se acababa de tomar. Se puso rojo y volvió a su cuarto, avergonzado.
Ella de empezó a fijar en él hacía un mes y, por supuesto, no le había comentado nada a su amiga; a pesar de que Raúl había comenzado a ser una obsesión para Sandra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario