Apareciste, con esa sonrisa permanente en la cara y esa actitud de indiferencia ante todo.
Me miraste y me abrazaste, y miramos juntos el cielo azul de primavera.
A diez centímetros, antes no te necesitaba. Ahora pienso en ti a kilómetros.
Justo lo que necesitaba.
GRACIAS por estar ahí.
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